NIÑEZ Y ADOLESCENCIA
Trabajar con la niñez y adolescencia en las comunidades de La Libertad a través de talleres sobre la madre tierra, los estereotipos y los derechos de la niñez es fundamental para sembrar conciencia, identidad y empoderamiento desde edades tempranas. Estos espacios no solo permiten fortalecer el vínculo con el entorno natural y fomentar el respeto por la vida en todas sus formas, sino que también abren la posibilidad de cuestionar roles impuestos por la sociedad que limitan el desarrollo libre y pleno de cada persona. Al mismo tiempo, al conocer y ejercer sus derechos, niñas, niños y adolescentes se convierten en agentes activos en la transformación de sus comunidades, promoviendo relaciones más justas, inclusivas y sostenibles.
JUVENTUD
Trabajar con la juventud en las comunidades de La Libertad mediante talleres sobre derechos humanos, historia local, identidad, historia de vida y organización comunitaria es fundamental para fortalecer el tejido social y construir un futuro más justo y participativo. Estos espacios permiten que las y los jóvenes reconozcan su valor, sus raíces y el rol clave que pueden asumir como agentes de cambio. Al conocer su historia y sus derechos, y al involucrarse activamente en procesos de organización comunitaria, desarrollan sentido de pertenencia, compromiso y liderazgo. Además, compartir sus vivencias y reflexionar colectivamente fomenta la empatía, refuerza la identidad comunitaria y abre caminos hacia una transformación basada en la memoria, la dignidad y la acción colectiva.
MUJERES
En las comunidades de La Libertad se desarrollan espacios de encuentro y reflexión con grupos de mujeres a través de talleres centrados en el ecofeminismo, la espiritualidad de la tierra y el papel de la mujer en la Biblia. Estos talleres buscan fortalecer la conciencia sobre la interconexión entre el cuidado del medio ambiente y la lucha por la justicia de género, reconociendo el vínculo profundo entre las mujeres y la naturaleza. Desde una perspectiva espiritual, se rescatan saberes ancestrales y se valora la tierra como un espacio sagrado, promoviendo una espiritualidad que brota del cuerpo, del territorio y de la experiencia cotidiana. Este proceso impulsa a las mujeres a reconocerse como sujetas activas de transformación en sus comunidades, reconectando con su fuerza espiritual, su dignidad y su capacidad de cuidar, resistir y crear.
ADULTOS MAYORES
Contar con espacios dedicados a las personas adultas mayores en las comunidades es fundamental para promover su bienestar integral y reconocer su valor dentro del tejido social. A través de talleres de motricidad fina, manualidades y ejercicios orientados al cuidado de su salud física y emocional, se fomenta su autonomía, se estimula su creatividad y se fortalece su autoestima. Estos espacios no solo ofrecen oportunidades para el aprendizaje y la convivencia. Además, permiten que la comunidad reconozca en las personas mayores a portadoras de memoria, sabiduría y experiencia, rescatando su papel como pilares de la historia y la identidad colectiva. Cuidarlos y valorarlos es una forma de honrar el pasado y construir un presente más justo, humano y solidario.